martes, 24 de diciembre de 2013

La hermosa puerta cerrada. Diálogos entre la voz de la razón y la irracionalidad



Esperé por meses sentada, frente a esa puerta cerrada esperando que se abriera. Una extraña fuerza de voluntad que provenía desde mis entrañas me mantenía ahí. A sabiendas que esa puerta seguramente no se abriría. En esas largas jornadas de espera el diálogo dentro de mí iba más o menos así:

- La voz de la razón: "¿Pero qué coño haces ahí?, ya te dijeron que esa puerta no se va a abrir para tí".

- La irracionalidad: "Aquí me quedo, me gusta lo que hay detrás de esa puerta".

- La voz de la razón "Pero, estás perdiendo la oportunidad de encontrar puertas que estén abiertas para ti, sólo por estar de necia frente a esta puerta cerrada. Mira, fíjate bien cuántos candados tiene!".

- La irracionalidad: "En algún momento esta puerta se abrirá y quiero ser la primera en entrar".

Así me la pasé durante varios meses, tratando de convencer a mi bestia irracional de moverse a otro sitio, de volver a caminar. La bestia no quería pues implicaba ponerse a buscar puertas abiertas y entrar a algunas donde quizá no le gustara tanto lo que había adentro... donde tal vez había peligros mucho mayores. Le gustaba el confort de saber exactamente lo que había detrás de esa puerta y quería quedarse el tiempo que fuera necesario hasta que se abriera.

Pero un día no pude más, no pude sostener los caprichos de la bestia. Pasaron los meses y en vez de dar indicios de abrirse, le aparecían nuevos candados a esta puerta. Un día apareció una reja electrificada. Me di cuenta de una forma poco agradable. La bestia quiso sentir la puerta y se electrocutó. Tal vez fue esto lo que la convenció de alejarse de una vez por todas. 

- La voz de la razón: "¿Ya mi estimada? ¿Ya te convenciste que de ahí sólo vas a salir muy lastimada?"

- La irracionalidad: "Sí". "Pero tengo miedo, tengo miedo de entrar en puertas abiertas y que no me guste lo que hay dentro". 

- La voz de la razón: "Siempre podrás salirte de ahí y cerrar esa puerta, y buscar otras".

- La irracionalidad: "Odio cerrar puertas, siempre me pone triste".

- La voz de la razón: "Piensa, que por cada puerta que cierras, encontrarás otras muchas abiertas, lo sabes, lo has vivido pero te niegas a dejar ir lo que te gusta, aunque no te haga bien".

- La irracionalidad "Es que a lo largo de mi vida, he entrado en muchas puertas, y dentro de la mayoría no está lo que me gusta, no me siento cómoda, aveces pierdo la esperanza".

- La voz de la razón: "Sí, en eso estás en lo correcto. Sin embargo, aún hay tesoros por descubrir y quedándote estancada frente a esta puerta que te electrocuta si la tocas, te asegura que no descubrirás nada más, que te quedarás por siempre en la nostalgia, en la frustración de que aquí no sólo te cerraron la puerta sino que claramente te están diciendo 'Aléjate, y entre más lejos mejor'. "

- La irracionalidad "Quedarme aquí significa estar en constante frustración". Pero si me voy, me quedaré siempre con el ...'y si me hubiera quedado?' Qué tal que la persona detrás de esta puerta (que me gusta tanto) decide abrirla y yo ya no estoy ahí para entrar"?

- La voz de la razón "Eso no lo sabes, y te quedarás con la duda. Pero si te quedas aquí jamás podrás encontrar un mundo mejor, una persona que además de que te guste mucho esté abierta y dispuesta a darte la bienvenida a su mundo en vez de alejarte de él, además de querer conocer y compartir el tuyo a profundidad. Aquí en esta puerta -aunque hermosa- no te quieren, acéptalo. Mientras no lo aceptes te perderás de todas las oportunidades que la vida tiene para ofecerte".

La bestia irracional primero se resignó antes de aceptar. Entonces me levanté entumida por estar esperando tanto y tanto tiempo ahí. Comencé a caminar, Mientras más me alejaba dejaba de parecerme tan hermosa. La reja electrificada era una estructura espantosa y a lo lejos se veía tétrica.

- La irracionalidad: "¿Pero, entonces, qué pasa con las promesas que hice?"
- La voz de la razón: "¿Las promesas que le hiciste a la persona detrás de la puerta que dice 'Aléjate'"? "¿Por qué chingados te importa eso? Estoy segura que a esa persona no le importarán y si le importan, ¿por qué entonces te cerró tan contundentemente la puerta?"
- La irracionalidad: --------

Seguí caminando y me encontré con otra puerta. También cerrada. "No se puede entrar en puertas cerradas". Me alejé de nuevo. Sigo caminando, me he encontrado con puertas abiertas pero, no me convencen para quedarme dentro. "La eterna búsqueda", me dije. "La búsqueda que no cesará sino hasta el día en que perezca".

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