Hoy, -buscando algo para nada relacionado en mi correo- me encontré con este texto escrito horas antes de que mi vida cambiara 180 grados. Lo que escribí la noche anterior a que mi relación sentimental de 4 años terminara.
18 de mayo de 2013
Peleando contra demonios
Cada luna creciente cuando llega a la mitad, en mes non libro una batalla con todos mis demonios, los viejos y los nuevos. Esto sucede desde hace 2 décadas aproximadamente.
Mis demonios viven en mi mente y se que son producto de mi creación... Todos los sentimientos ahogados y reprimidos se transformaron en bestias aterradoras que buscan venganza pues mi ignorancia corrompió su pureza.
Se les ocurren oscuras y aterradoras ideas. Mis demonios me auscultan para dar con mis miedos y crear con ellos pesadillas; escenarios aterradores que ahogan mi consciencia. Encontrarme con el sueño es siempre grato pero dormir por siempre es morir.
Una de las ideas que les parece buena es que nos caiga un meteorito y nos vaporicemos en instantes. Creo que no les importa morirse conmigo.
Otra idea, y con esta atormentan más a mi Ego es la recurrencia de la frase: "Nadie es necesario ni imprescindible" a lo que yo pregunto: ¿según quién? Para mi yo soy necesaria e imprescindible... Mi vida no existe sin mi.
Algo en lo que son muy buenos, es en el engaño. Para sobrevivir me convencieron que el amor los mantendría a raya, apaciguados. Esto jamás ha sido verdad. No hay amor o medicina que me libre de ellos. Mis demonios son parte fundamental de quien soy. Son, las lágrimas reprimidas, las emociones ahogadas y las frustraciones enterradas por el Ego pendejo. Si, mi Ego es muy pendejo y me parece que el de muchas otras personas también...
Hoy, tenía una expectativa que no se cumplió. (Como, por los menos 99 de cada 100). Un leve indicio de frustración en este día, es suficiente para llamarlos al terreno de juego.
"No creer en todo lo que la mente plantea" es la constante pelea. Distinguir entre pistas y paranoia, mantener la consciencia clara entre un mar emocional bajo la tormenta es una muy ardua tarea.
La cordura no es mas que el cerebro en equilibrio y ese equilibrio depende de la química interna de nuestro organismo. Mi química se desbalancea solo un poco y la lucha por mantener la cordura se recrudece.
El arresto domiciliario es lo que procede en estos casos. La hiper-sensibilidad que mis demonios patrocinan, es conveniente guardarla en casa para evitar reacciones exageradas ante los estímulos, mismas que elevan al conflicto y el drama cualquier interacción con otro ser humano.
Enfrento sola a mis demonios, buscando el cansancio para cerrar los ojos e irnos a dormir, ellos y yo buscando unas cuantas horas de tregua antes de la próxima pelea.
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