domingo, 13 de octubre de 2013

Hay días en que maldigo haberte invocado.

18 de septiembre de 2013

Quisiera que me dejaras de resultar fascinante. Porque no es recíproco. Ni el interés ni los sentimientos. 

Realmente no somos más que un instante compartido en el pasado, y algún recuerdo de la relación maestra alumno.  No sé cuánto tiempo más pasaré queriendo platicar contigo y que únicamente me quede con chats vanos y superfluos. Te propuse una plática por videoconferencia, o audioconferencia pero no has accedido.

Cómo es posible que me lo haya alucinado todo? No sé que leí en tu mirada, pero cada vez me convenzo más de que seguramente leí mal, que mi percepción estaba total y absolutamente equivocada.

Al enamoramiento se le llama “mal de amor” en muchas culturas, y sí es más parecido a una enfermedad que otra cosa. ¿Alguna vez me curaré de ti? Quisiera, quiero con todas mis fuerzas, pero hay algo que me lo impide. Tienes la fuerza de gravedad del sol.

Te he puesto en la categoría de “conocidos” en Facebook y desactivé tus notificaciones, pero no dejas de estar en mi cabeza, no dejo de encontrar pretextos para iniciar una conversación que no suele resultar satisfactoria.

Pero ahí sigo y no sé por qué y me enfada enormemente para estas fechas. En realidad no sé quien eres y no me interesa para nada ser “una más del montón de tus fans” y sin embargo siento que me comporto como una...

Hoy maldigo el día en que decidí invocarte.


No hay comentarios:

Publicar un comentario